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Entrevista a Maria Rodríguez

24 Sep 2025

Maria rodriguez

«El medio rural está lleno de oportunidades y puede que sea el lugar donde iniciar tu proyecto de negocio, que también es tu proyecto de vida»

 

María, junto con Cristina, son las creadoras de «Como una Cabra», una escuela de negocios ubicada en Griñón, Madrid, para mujeres que desean emprender en el medio rural y generar un impacto positivo en su territorio. También dirigen una consultoría para proyectos de dinamización rural con un enfoque en una economía regenerativa, que pone a las personas y al medio ambiente en el centro. Ambas permiten que las mujeres se establezcan en las comunidades rurales, contribuyendo a la estabilidad y el crecimiento de la población. También trabajan por la igualdad de la mujer en estos entornos, derribando las barreras que les impiden consolidar sus proyectos.

¿Cuál es tu vínculo con el mundo rural? ¿Has vivido siempre en el mundo rural?

Aunque me crié en el centro de Madrid, tengo un vínculo muy grande con tres pueblos: El Cerro de Andévalo en Huelva, dónde nació mi madre y dónde vive actualmente mi hija, y dónde voy con frecuencia porque tengo la fortuna de tener una casa allí. Es el pueblo dónde la línea femenina de mi familia se enraíza, mi sangre del sur.
Mi segundo pueblo es Bercianos del Real Camino, en León, el pueblo donde nació mi padre, en medio del Camino de Santiago, dónde tengo mis raíces castellanas, la claridad y la llanura de sus páramos.
Y mi tercer pueblo de acogida es Griñón, dónde vivo desde hace 25 años, que, a pesar de estar cerca de Madrid, conserva su medida de pueblo y su cercanía entre las gentes y el paisaje.

¿Qué te motivó a iniciar tu actividad (desplazarte al entorno rural en su caso)?

Iniciamos la actividad en plena pandemia, con mi socia Cristina Navarrete y Fernando Guerrero en la parte de comunicación. Lo que nos motivó fue el deseo de trabajar juntas en un proyecto propio y vivir en un pueblo, trabajando delante de una chimenea. En aquel momento aún trabajábamos las dos en una organización y teníamos que desplazarnos diariamente a la oficina en el centro de Madrid. Yo tenía 3 horas de transporte público entre ida y venida y estaba agotada de vivir de esa manera. Nos motivaba también el poder contribuir desde lo que sabíamos hacer, que es formar y acompañar a las personas que quieren emprender un negocio, ayudar a las mujeres que emprenden. También el poder sensibilizar sobre la necesidad de integrar el impacto social y ambiental en los negocios desde su inicio, o ayudar a transformarlos para que puedan regenerar sus territorios.

¿En qué consiste tu proyecto? ¿Dónde encontraste la inspiración para desarrollarlo, cómo surgió la idea?

Como una Cabra es una escuela de negocios de mujeres rurales, ofrecemos formación y acompañamiento individual. También desarrollamos proyectos de dinamización rural y tenemos una comunidad de mujeres emprendedoras rurales, “Cabras en Red”, dónde pueden compartir oportunidades e inquietudes y generar sinergias entre ellas.

¿En qué punto está tu proyecto (empezando, reformulando, es un negocio familiar…)?

Ya llevamos casi cinco años funcionando. El proyecto está en fase de consolidación y crecimiento.

¿Cómo te preparaste para desarrollar tu idea de negocio en el medio rural? ¿A qué servicios acudiste? ¿Te sirvió de apoyo?

Nosotras ya venimos de coordinar proyectos de emprendimiento y somos expertas en desarrollo de negocios. Para integrarnos en el ecosistema de entidades que trabajan en el medio rural, lo que nos ha ayudado más es la generación de alianzas con otras entidades que ya llevaban más tiempo en la tarea, y también con las nuevas que se han ido incorporando.

¿Con qué barreras te has encontrado para desarrollarlo? ¿alguna específica por ser mujer? Específicas del medio rural y otras que considere importantes.

Las principales barreras que nos hemos encontrado para desarrollarlo son nuestras propias barreras personales, que son comunes a otras mujeres, como la dificultad para poner precio a nuestros servicios, pensar que nunca eres suficientemente buena, por mucho que te formes y te prepares, o el afán de perfeccionismo… En esto, lo bueno que hemos tenido es que nos hemos podido dar apoyo la una a la otra y salir de los momentos de incertidumbre.
Específicas del mundo rural, creo que la principal barrera que enfrentamos es la dificultad para llegar a más mujeres que están en zonas muy aisladas, y poder generar una comunidad mayor. El ecosistema emprendedor rural para las mujeres es muy hostil, entre otras cosas tienen una brecha muy grande en el acceso a la financiación para sus proyectos, y necesitan acompañamiento para consolidarlos y hacerlos crecer. Nos gustaría mucho poder hacer algo por mejorarlo.

¿Cuáles son las mujeres referentes que te han inspirado? ¿Alguna relacionada con el medio rural?

Nos inspiran las mujeres de nuestra propia comunidad que están desarrollando proyectos increíbles, dinamizando su territorio y generando un impacto muy positivo a todos los niveles (económico, social y ambiental) y en todos los sectores. Como Itziar de AñinoEnlace externo, Amaia de Baku BarrikupelEnlace externo, Yolanda de AlmasEnlace externo, y así hasta las más de 200 mujeres que forman parte de nuestra comunidad.

¿Crees que tu sector (producto/servicio) está muy masculinizado?

La mayoría de las escuelas de negocios son de hombres y tienen un enfoque del éxito empresarial muy masculinizado y enfocado a la rentabilidad económica. Las mujeres, en la mayoría de nuestros proyectos, buscamos también generar un impacto positivo en nuestra comunidad y nuestros modelos de éxito cuidan más el planeta y las personas, con lo que su impacto sobre la dinamización de las áreas rurales es mucho mayor.

¿El apoyo recibido al desarrollar tu proyecto ha provenido de hombres y mujeres por igual?

Afortunadamente tenemos muchas personas que nos siguen y nos apoyan, tanto hombres como mujeres, que conectan con nuestro propósito de fomentar una economía más regenerativa y apoyar a las mujeres, que tienen un papel fundamental en la cohesión de las comunidades rurales y el reto demográfico.  Sin embargo, es evidente que por nuestro cariz feminista nuestras seguidoras y nuestra comunidad son mayoritariamente de mujeres, por la sororidad que genera.

¿Cómo crees que tu proyecto afecta al tejido o la economía de tu comunidad? ¿y qué valor añadido aporta al medio rural?

Creo que contribuye a generar una mirada más allá de un simple negocio, ayudamos a pensar que damos más vida a los ámbitos rurales. Negocios que no solo generan dinero, sino la posibilidad de trabajar en lo que te gusta, de no tener que marcharte de tu pueblo porque no hay empleo, o de irte a vivir a un pueblo si es lo que deseas, de mejorar el entorno natural, cuidarlo, y crear servicios que mejoran nuestra sociedad.

Ayudamos a que las mujeres se asienten en las comunidades rurales. Son ellas las que fijan la población y la hacen crecer. Su papel es fundamental en la lucha por el reto demográfico. También trabajamos por la igualdad de la mujer en estos entornos, dónde el machismo está aún más arraigado, por romper las brechas que les impiden consolidar sus proyectos y hacerlos crecer hasta dónde ellas quieran, mejorando su autoestima y la confianza en ellas mismas.

¿Cómo conociste el Programa Desafío Mujer Rural? ¿En qué ha ayudado al desarrollo de tu idea?

Lo conocí a través de sus promotoras y nos encantaría poder contribuir a ampliar su impacto.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Estamos desarrollando un programa para preparar a las mujeres a nivel personal, reforzando sus competencias personales, su autoestima y autoconocimiento. Un programa que las ayude a superar bloqueos y creencias limitantes antes de afrontar el reto de emprender sus negocios, para que tengan más posibilidades de éxito y de hacerlos crecer.

También estamos desarrollando proyectos en colaboración con otras entidades, de Relevo generacional en el rural y de mejora de los ecosistemas de emprendimiento femenino.

¿Cómo ves tu sector en el medio rural? ¿Qué recomendaciones les harías a las mujeres que quieren emprender en el medio rural?

Creo que hay mucho trabajo por hacer aún y no lo podemos hacer solas. Les recomendaría que busquen alianzas, que se apoyen en programas como Desafío Mujer Rural y en redes como la nuestra para que les sea más fácil y menos solitario.

Por último, una frase con la animarías a otras mujeres a emprender en el medio rural.

El medio rural está lleno de oportunidades y puede que sea el lugar dónde iniciar tu proyecto de negocio que también es tu proyecto de vida.
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